En tiempos del Imperio Romano, a los verdaderos amos del mundo, los Patricios, los llamaban la nobleza negra. Acabaron estableciéndose en Venecia y en 1524 crearon el Banco del Giro, el primer Banco Central del mundo, para dotar de liquidez ilimitada a ellos mismos, ya evolucionados a comerciantes venecianos.
El modelo funciona y se repite con el paso del tiempo. Las mismas familias adineradas crean con el tiempo el Banco de Ámsterdam, el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal americana, la FED. Todos ellos Bancos Centrales, con capacidad de gestionar el devenir de la Sociedad mediante el control del flujo monetario.
Y aparentemente, la nueva pieza de este engranaje de control monetario, son las divisas conocidas como CBDC, de sus siglas en inglés Central Bank Digital Currency). Quédate, porque vamos a explicarte todo sobre ellas y sobre cómo pueden cambiar las reglas del juego financiero.
Del patrón oro a las divisas digitales
Como hemos explicado anteriormente, las divisas no siempre han tenido la misma forma, ni tampoco han contado con el mismo respaldo durante toda su historia.
En sus orígenes, el dinero como tal no existía y la economía se basaba en el sistema de trueque. Posteriormente esto cambió, con la idea de crear un sistema más equilibrado, que permitiera comerciar de forma justa en base al valor que tenían las cosas.
Es por ello que diferentes monedas aparecieron a lo largo de la historia, en busca de mejorar el sistema de mercadeo. Pero también aparecieron organizaciones que buscaban gestionar y controlar el flujo de dinero, para con ello dominar también el devenir económico, político y social del mundo.
Ya a finales del siglo XIX, se introdujo el concepto de patrón oro a nivel global. Este sistema buscaba un respaldo para las monedas de un país, basando el valor de una divisa en base a la reserva de oro que acumulaba cada nación. Con esto, se pudo estandarizar el cambio de divisas, pero también se crearon otros problemas que verían su punto álgido después de la Primera Guerra Mundial.
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Tras el conflicto, muchos países empezaron a generar dinero de la nada, sin una correlación directa con el oro que realmente tenían en su propiedad. Con el inicio de la segunda guerra mundial y el acuerdo del sistema Bretton Woods, se estableció un nuevo sistema basado en el dólar como reserva.
Fue así como, sumado a otros factores, se empezaron a incrementar dramáticamente problemas como la inflación. Al otorgar el poder de incrementar la oferta monetaria sin un sustento real y en manos de unos pocos individuos, el sistema cambió para siempre.
Tras la crisis de la COVID-19, el uso del dinero físico ha disminuido y las transacciones digitales han aumentado. Y además, ha cobrado mayor relevancia un nuevo participante en el juego económico: las criptomonedas.
¿En qué consiste una CBDC y cómo funciona?
En este nuevo paradigma, donde las transacciones se efectúan cada vez más de forma digital, las criptomonedas están sumando muchos adeptos y Bitcoin está a la cabeza de este movimiento.
Por este motivo, diferentes gobiernos llevan tiempo desarrollando su propia solución basada en la tecnología blockchain. Esto dotará a los gobiernos de una divisa digital propia de la que tendrán un control prácticamente absoluto. Podrán saber cuántas monedas posee cada habitante, cómo se ejecutan las transacciones y qué cantidad puede disponer cada persona.
Por ahora esto no ha ocurrido en la Unión Europea, pero sí que tenemos un ejemplo en vigor: el yuan digital. Se lanzó durante el año 2020 y se ha ido implementando progresivamente en más zonas de China.
Sin duda, es una medida que reduce tiempo en las transacciones, así como el coste de estas y mejora la trazabilidad del dinero. También puede llegar a evitar crisis inflacionarias, controlando la cantidad de dinero circulante. Y además, elimina las comisiones que conlleva sacar dinero del banco y permite incluir a más personas en el sistema financiero, gracias a carteras digitales sin necesidad de intermediarios bancarios.
Sin embargo, existe un debate constante sobre qué implicaciones tendría una implantación total de las CBDC, en cuanto a la libertad de capital de los ciudadanos y las empresas.
Este sistema es totalmente centralizado, además de limitar la privacidad de los usuarios y provocar choques entre los organismos gubernamentales y los bancos comerciales.
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¿Qué diferencia hay entre una CBDC y una criptomoneda?
Cuando pensamos en criptomonedas, la primera que suele aparecer en nuestra mente es Bitcoin. Fue la primera de todas, la que marcó el punto de inflexión y mostró el camino hacia una nueva forma de entender las finanzas.
Pero por lo que respecta a las diferencias principales entre una criptomoneda como Bitcoin y las CBDC, podemos destacar las siguientes:
- Bitcoin es un activo real, que no supone una obligación financiera para nadie. Las CBDC son pasivos de los bancos centrales (Rallo, 2020) que pueden ser controlados, e incluso eliminados en cualquier momento por este organismo centralizado.
- Sólo un organismo estatal podrá emitir CBDC, y por tanto suministrar a los individuos de este. No es el caso de Bitcoin, cuya creación está en manos de cualquier persona que decida ejercer como minero.
- Bitcoin es un activo finito y deflacionario: tan sólo se crearán un máximo de 21 millones de Bitcoin. En el caso de las CBDC, no tienen un límite de monedas que se pueden emitir.
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